miércoles, 8 de julio de 2015

Entre libros y tareas mi juventud se desvanece.

Quiero salir y divertirme...
A veces pienso que estoy desperdiciando mi tiempo y juventud. Me siento vieja, y entre libros y tareas me pierdo, olvido que hay una vida ahí afuera y necesito vivirla.

Aun no llego a mis 20, pero solo es cuestión de pocos meses. Y hacen falta salidas, diversión, fotos, viajes, lugares diferentes e impresionantes al lado de los que quiero, que aun no consigo planear y organizar.
Quiero salir y divertirme. Conocer gente nueva, hacer nuevos amigos, conocer el amor, y hacer cosas locas propias de un adolescente (Con precaución, claro y confío en todo aquello que me ha advertido mi madre; a esta edad se cometen muchos errores, pero de ellos hay que aprender) como irse de fiesta y llegar a la madrugada, cansada después de bailar por horas.
Pero no... Me he quedado encerrada entre libros y tareas, que ya me tienen estresada.
No digo que no quisiera seguir preparándome para el futuro, pero también necesito aprovechar mi juventud.
A veces envidio a esos que salen en sus fines de semana a divertirse con sus amigos. Yo no salgo, por que he preferido los libros y las tareas.

Tal vez he sido un poco caprichosa, y no se lo que digo, pero alguien en mi posición entendería.
Quiero salir y divertirme, este Sábado, aunque el Domingo me ahogue entre letras y cuadernos. Se puede cumplir con la uni, y divertirse un poquito. ;)

jueves, 2 de julio de 2015

Cómo Katy Perry cambió mi manera de pensar

Eran las dos de la tarde. En ese momento iban a televisar la película Part of me (parte 1) de Katy Perry. Decidí verla, y así conocer su trayectoria musical.

Conforme pasaba el tiempo, o con él el filme, me iba percatando de que no todo lo que había conseguido en su vida lo obtuvo por su bello rostro. No. Hizo muchos sacrificios.
Katy fue criada en el seno de una familia muy cristiana, seguidora de la palabra de Dios. No cantaba canciones profanas ni vestía como las niñas de su edad. En la pubertad descubrió que lo suyo era la música, aunque solo cantase canciones religiosas.
Enfrentó a sus padres en el momento en que decidió lo que quería, y salió a por ello.
No obstante, a pesar de su deseo por ser una persona reconocida y brindar con su música sonrisas y alegrías, sufrió varios rechazos por parte de las disqueras a las cuales recurría.
Así sucesivamente hasta que sí obtuvo lo que quiso, y por más sacrificios que tuvo que hacer para mantenerse de pie y luchar por sus sueños, nunca abandonó aquello que le había costado tanto sacrificio lograr.

Ustedes se preguntarán por qué digo todo esto. Pues, esta historia me enseñó algo muy importante en la vida: Solo vivimos una vez, y debemos hacer que valga la pena. Aquellos sueños, metas, propósitos que tengamos debemos luchar por ellos. No importa cuán difícil sea, hay que ser constantes y perseverantes, solo así conseguiremos, tarde o temprano, lo que nos proponemos.

Así que, si tú tienes metas trazadas, objetivos claros, ¡persíguelos! Solo tienes una oportunidad en la vida, y mil opciones para conseguirlo.

sábado, 27 de junio de 2015

¿Alguna vez te has sentido desmotivado?

Dime tú, joven amante a la vida, de fresca memoria y de sueños despiertos, que alegres se pasean por tu mente, dime si has perdido el entusiasmo alguna vez.
Dime si alguna vez te has sentido indispuesto a hacer algo, incapaz de emprender aquella idea que tanto has planteado en papeles que luego terminan arrojados a la basura.
Dime si alguna vez tu inspiración ha rebotado al cielo cual pelota de básquet y luego estrellarse contra el suelo.
Dime si alguna vez te has sentido sin poder de hacer nada y con ganas de hacerlo todo.

Yo sí. Yo he caído en la amarga desesperación por encontrar ese algo que me motive a pararme de la cama y olvidar el computador.
Yo me he hartado de esperar a que suceda algo realmente impresionante en mi vida, pero hoy aprendí que aquello no sucede por que sí.
Necesitamos pararnos y salir en busca de la luz que ilumine el sendero de nuestras ideas y el deseo de luchar por cumplir nuestros objetivos.
Eso es lo que debemos hacer.
Si tú algún día lo logras, por favor, dime como lo hiciste.

miércoles, 24 de junio de 2015

Del cielo llovieron piedras

Era un día como cualquier otro en el campo donde creció mi padre, cosa rara, no pude verlo. El cielo estaba cargado de nubes, espesas y de color gris. Las casas estaban dispersas, no eran las mismas que veía cuando chiquita. Aquellas eran de madera y cartones mojados, podridos por la antigüedad y el mal uso. Desconocía el lugar y su gente, a pesar de que era la dirección que fin de semana tras fin de semana yo perseguía.

Recorría con mi madre una de las casas, pequeña, sin color y frágil. Sin esperar lo que venía, mi procreadora salió por un instante, y no dijo a dónde.

Fue ahí donde empezó la pesadilla.

El cielo comenzó a desahogarse; enojado descargaba su ira desprendiendo de sí piedras hacía el infeliz pueblo. Desesperada grité por mi madre. No la veía y no podía exponerme al exterior rocoso y a la furia del universo.
La gente entraba a gritos ahogados en desesperación a aquellos ranchitos al borde de la caída.

Al cabo de cinco minutos descubrí que las rocas no tocaban a la gente, sólo hacían ruidos en los techos metálicos desgarrados y antiquísimos.

Al terminar la devastadora tormenta, prosiguió la calma, pero el cielo seguía aún más oscuro. Hacía frío ahí afuera. Era un frío tétrico que convertía el ambiente en un lugar de pánico.


Una hora después, luego de haberse calmado por completo. Sentí un mal presentimiento, un aura aterradora se posaba en el sitio.
Yo desde luego supe qué venía.

Comencé a gritos a llamar a mi madre. Al tiempo que respondió, me percaté que estaba a mi espalda. Había otro chico cerca de las dos, para ser exacta en medio de ambas. Me miraba asustado, y yo no sabía de dónde había salido ni qué hacía en esa habitación.
Mi madre hablaba con cierta serenidad, como si nada sucedía.

Miré hacia afuera. Vi como del cielo caían pequeños puntos desiguales. Me di cuenta de que no eran rocas. Eran pedazos de hielo.
Grité nuevamente. No pensé que continuaría.


6:30 A.M. la alarma del celular aun no suena, pero ya casi lo hace. Me despierto sudada, con el corazón en la mano. Tengo recuerdos borrosos de el sueño que acabo de tener. Me levanto de la cama deprisa, espero poder contarlo.

domingo, 21 de junio de 2015

Una sonrisa fastidiosamente agradable (Cont.)

Preguntaste por mi familia. Te conté que nos estaba yendo muy bien. No se me ocurrió preguntar por la tuya. Cambiabas de tema muy rápido, no me alcanzaba el tiempo para tomar la iniciativa y establecer una conversación sólida.

Me contaste que saldrías de vacaciones y que estabas a mi disposición para lo que se me ofreciera. Obviamente, actué como si no me importase mucho.
Me sorprendía mi manera de fingir.

A medida que hablábamos, más caía en la conclusión de que la conversación llegaba a su fin.

miércoles, 17 de junio de 2015

Una sonrisa fastidiosamente agradable

Aquel Domingo fue uno de esos en los que tuve que regresar a la rutina, volver a casa después de la escapada hacia la tranquilidad plena del campo, un lugar de clima fresco por las noches y ardiente por las tardes.
Así es el hogar de mi abuela...

Ese Domingo, inesperadamente recibí esa llamada que esperaba y no pensé contestaría tan pronto.
Escuché el celular vibrar, mucho antes de que pudiera notar el sonido del ringtone. Aquel zumbido, me hacía guardar cada vez más la esperanza de que fueras tú. ¿¡Quién más podría ser!?
Terminaba de jugar una partida de ''parché'' con mi hermana menor en ese momento. Vi tu nombre en la pantalla del aparato, me sorprendí, pero por alguna razón mi cuerpo quería aparentar lo opuesto. Agarre el móvil y salí con cierto nerviosismo a contestar tu llamada al balcón.

Levanté el teléfono. El tono de mi voz era una mezcla de excitación, frescura y amabilidad que, meramente no combinaban para nada. Actuaba normal, o al menos eso intentaba. Fingía naturalidad y que no me afectara su voz, esa que me volvía y sigue volviéndome loca.

Continuará...

miércoles, 10 de junio de 2015

Musas

Son dos el número de veces en las que llegó a mi mente aquel recuerdo del error que me hiciste cometer.

Tan ingenua, decidí creer en alguien que ni de sí misma se preocupaba y que todo lo que prometió, le brindó a otra.

Y tú, tan sordo, mudo y ciego que hoy en día haces como que no tienes idea de lo que sucedió, y sin embargo bailas en este problemón.

A ti a quien le di todo sin tener nada;
A ti a quien dediqué mi esfuerzo a lo imposible, en vano;
A ustedes que nunca cumplieron sus promesas y me dejaron vacía, llenándose mi buena fe;
A ustedes jamás dejaré de escribirles, por que son musas, las musas de mi dolor.

sábado, 6 de junio de 2015

Alone

Desahogate, que las penas las barran las lágrimas. Tu preocupate por lograr los objetivos que tienes en mente. Olvida todo lo demás.
Aquellos quienes no te escuchan, no gozaran de los beneficios que pudiste aportarles. No ganas nada con llorar, y ellos no ganaran nada por lograr hacerte sufrir.
La vida se desgasta conforme vas creciendo. Haz lo que te guste hacer. No hagas caso a los comentarios tóxicos que hacen los pocos creyentes, de envidia incalculable.
Si marchar sola por el mundo te trae mayor tranquilidad, empieza a caminar leve y con cuidado.

miércoles, 3 de junio de 2015

Si Dios me concede el milagrito

Si Dios me concede el milagrito de alejarte de mi vida, podría mirar mi entorno con otros colores. Los días serían como el primer día de verano, y el río no llenara mi alcoba con sus aguas crecientes de dolor irremediable.

Si Dios se ayudara, y quitara la espiga del poco trigo que crece en mis tierras, podría des cosechar mejores productos y ofrecer algo de valor al mercado que los necesita.

Pero tú sigues ahí cual herida que no cicatriza en mi piel, como la diabetes, infeliz, empalagándome de dolor.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Vete que no haces falta

Ahora si es cierto. Ya me canse de lo mismo.

Estoy cansada de esperar aquel boomerang que lancé hace mucho tiempo y que aún no regresa. Agotada, sentada en la misma silla en la que me tumbe a ver tus huellas frescas dirigirse a la puerta, sintiendo como la paciencia se me termina, y el karma no cumple con lo que acordamos.

Esta vez quiero que me expliques qué me toca hacer ahora que perdí las esperanzas. La verdad, no le veo ningún futuro a nuestro caso. Ni siquiera existen las ganas de intentarlo una vez más.

Estoy harta. Sí, definitivamente. Harta de tomar decisiones pensando en tu persona, y desfavoreciendo la mía. Harta de que te vayas sin avisar.
Dime, ¿acaso tú si te acuerdas de mi antes de actuar?
Comencé a dudarlo desde el día que decidiste marcharte cuando yo no estaba en el refugio que nos unía, aquel donde solo nos veíamos tú y yo, y que ahora solo forma parte de un recuerdo borroso. Vi tu guardarropas vacío.

Ahora explicame, ¿aún sigues creyendo que estaré tumbada en el sofá esperando a que abras la puerta? Ya ni siquiera existen las ventanas.

sábado, 16 de mayo de 2015

María Ingenua, Úrsula Ingrata (Continuación)

Me quedé esperando tu llamada. Ya jamás vuelvo a ilusionarme. Ustedes, ambos son tela cocida con las mismas manos.

Siempre ha sido así. Desaparecen sin avisar, sin decir un ''hasta luego''. Lo peor de todo es que nunca me acostumbro al fallo. Caigo y vuelvo a caer como si sus ojos hipnotizaran mi razocinio.

Me desarma, dejas un vacío en mi interior al marcharte, como cuando el otoño abraza los árboles arrastrando consigo todas sus hojas.

Ya no vuelvo a creer. Recito estas palabras con sobria amargura.

Cuando me calmo, olvido todo y cada daño cometido se repara por sí solo sin que yo pueda pronunciar palabra alguna.

miércoles, 13 de mayo de 2015

María Ingenua, aquella Úrsula Ingrata

Siento algo de distancia en ti. Ya no es el mismo respeto. Ignoras cada una de mis palabras... No, no la odio, ni le guardo rencor. Al contrario, siento vergüenza, bochorno de aquello que hice. No hay agujero lo suficientemente ancho y profundo como para enterrar mi cabeza en él y así, desviar tu mirada de mi estupidez.

Cada que te pregunto por ella, las palabras salen de su boca con cierto esfuerzo, y son escasas, tanto que ya no me das oportunidad de seguir hablando de aquella mujer que me despojó de la confianza de gente que una vez me quiso.

Antes de que decida hablar de otra cosa ya has cambiado de tema, tan rápido que cuesta esfuerzo procesar tanta información a un corto plazo y al mismo tiempo. Te sigo el hilo del asunto. Desconcertada, trato de que mi balbuceo no me exponga al detector de tus observadores ojos. Todo lo ven.
Escucho a medias tus palabras, ya no puedo seguir disimulando la incomodidad gracias a las respuestas que diste a mi imprudente pregunta.

Lo siento, aun la extraño. Por loco que suene, necesito hablarle. Mi masoquista actitud se desvanece solo cuando cae en cuenta de que es una idea descabellada, hablar como si nada a alguien que no supo agradecer mi sacrificio.

Continuará...  

miércoles, 6 de mayo de 2015

Ámame con el alma porque el corazón no siente

No me imagine mi vida, Martín
Ligada a la tuya, dulce patrón
Mis pies caminaban con gran emoción
A tu encuentro bailaba sin fin.

El sonido de campanillas, tilín
Es el palpitar de nuestro corazón
Es sólo uno, baila al mismo son
Danzando al dulce compás de Jazmín.

Sueña, a tu lado permaneceré
Al amanecer te veré despertar
A tu lado yo siempre estaré

Todavía falta mucho por hablar
Aunque en la tormenta relampagueé
Mis dos manos tu puerta van a tocar.

sábado, 2 de mayo de 2015

Mary Sarananas

Mi niña bonita de piel rosada
Y tersa, hoy brillas como escarlata
Tus pequeñas uñas de hojalata...
Mary, ¡ya estás toda colorada!

Deja ya esas manos incansables
No pidas que me calme, pequeñita
No ubico tu tersa toallita
Tu dolor y el mío son inagotables.

Ven, recoge tu ropa, mi tesoro
Vamos juntas al mar que más te gusta
Escucha las aves cantar a coro.

Olvida todo lo que te disgusta
Juguemos con el cariñoso loro
No seas contigo misma injusta.

miércoles, 29 de abril de 2015

Viridis eyes of memorias

3:13 p.m. Debía irme cuando vi aquellos ojos verdes, claros, y esa boca diminuta, semi abierta. Corrí pronto a inventar alguna excusa para que me miraras...

Hoy por fin visito a mis amigas. Les había cancelado el Lunes pasado. Este no será igual. Me arreglo para ir a la universidad, con un outfit que, aunque es mi estilo, no suelo llevar para ir a tomar clases. Peino mi pelo, está más hermoso que de costumbre.

Salgo a la uni. Mi clase es a las 1:00 de la tarde. Es bastante agotador, pero me tranquiliza el hecho de que saldré temprano y podré ver a las chicas.

¡Un 10! Es lo que gritan a coro mi grupito de compañeras en el salón. Era de esperarse. No soy un genio, pero bruta no soy, y había estudiado muchísimo. Decidimos celebrarlo.

Al terminar el profesor con su cátedra, salimos todas por un helado. Yo quiero ese que es de yogurt, kiwi, ciruelas y brownies. Nos comimos el postre sentadas en el comedor del mall. Yo, con mayor rapidez que las demás, pues estoy un poco apurada. Devoro mi manjar mientras el cerebro se me congelaba y la garganta se me quedaba tiesa con el frío.
Termino, me despido, bajo las escaleras casi volando, y te veo. Hago como que no existes, tú igual. Aunque para ti, la verdad, yo soy una desconocida. Creo que no recuerdas que tomamos una clase juntos. No eras un alumno más, ni el profesor. Comentabas sobre los temas que se debatían sin recibir una calificación a cambio, pero era bien pagado tu trabajo. No recuerdas que te sentabas frente a mi y no podías apartar tu mirada de mis ojos.

Quise volverme hacia ti, pero no. Opte por comprar la lima de uñas que una compañera me había encargado ¡hace un mes! Gracias a Dios me acordé de ello. La compro, llevaba en el pantalón el dinero exacto por la lima. Subo quince escalones hacia ella (ha-ha, vaya excusa), se la entrego y me siento, mientras todas me miraban extrañadas, pues ya me había despedido.

Se suponía que debía estar en el bus, pero eso puede esperar.

Lo busco con la mirada, por todos lados miro, y te veo. Admiro su estructura corporal. Y sí, sus bellos ojos. Había olvidado el asombroso parecido que tiene con mi primer amor.
Vas vestido justo con el mismo color que llevo puesto yo. Blanco. Color puro, tan puro como la amnesia que domina su mente.
Me rindo. No voltearás a verme.

Ya son las 3:13 p.m. Debía irme cuando vi tus lindos ojos, pequeños y verdes, pero no. Fue más urgente para mi correr a inventar alguna excusa para que me miraras. Al final, lo hiciste.

martes, 28 de abril de 2015

Tag :3

¡Hola, queridos lectores! Hoy me saldré un poco de la temática normal del Blog para responder a la nominación que me llegó gracias al Blog de Worlds to dream el cual les recomiendo bastante, e incluiré en el segmento de Recomendaciones más tarde (Está en proceso de integración).

Las reglas del Tag son las siguientes:
  1. Seguir al Blog que te nominó.
  2. Responder a las 5 preguntas.
  3. Nominar a 10 Blogs y notificarles.
  4. Crear 5 preguntas.

Ahora bien, responderé a las preguntas que hizo el Blog que me nominó. :D

1.¿Aspiraciones para el futuro?
En primer lugar, una de mis metas principales es terminar mis estudios. Pertenezco a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de mi universidad, y estudio Contabilidad (amo lo que hago y he escogido, aunque a veces me dé trabajo alguna que otra materia xD). En segundo lugar, quiero hacer reconocido mi Blog, por que me apasiona mucho transmitir lo que siento y pienso mediante la escritura. Y en tercero, y no menos importante, quiero que mis padre se sientan orgullosos de la persona que soy y puedo llegar a ser. :D

2. ¿Género literario favorito?
Me encanta el género romántico y, por que no, el erótico. xD

3. ¿Género de películas favorito?
Me gustan esas de acción y suspenso. Estoy esperando con ansias la nueva pelí de Avengers: Era de Ultrón, por minutos. :D

4.¿Quieres o te ves viviendo en otro país dentro de x años?
Claro. Me gusta mucho Inglaterra, nunca he ido, pero me gustaría conocerlo. Me atrae mucho su arquitectura antigua. También, me gustaría viajar a Estados Unidos, y países de América del Sur, Ecuador, Chile, Venezuela, entre otros. :3

5.¿Tus sueños?
Ser famosa :D Me gusta mucho cantar. La verdad quiero abrir un canal en YouTube y subir vídeos. x)


Estas fueron mis respuestas, ahora les traigo a mis nominados las preguntas que deben contestar y que hay dos que son exactamente iguales a las que acabo de responder, pero fue coincidencia, son las que siempre hago cuando deseo conocer a una persona, o para introducir temas de conversación:

  1. ¿Cuál es tu género de películas favorito?
  2. ¿Cuál es tu género literario favorito?
  3. ¿Cómo haz logrado popularizar tu Blog?
  4. ¿Qué te motivo a ser Blogger?
  5. ¿Qué objetivos buscas cumplir con tu Blog?

Espero que las respondan todas, y estos son mis nominados:

  1. Sueños Escritos
  2. Within Books
  3. Los sueños no descansan
  4. Viviendo en nuestro cuento
  5. Learning True
  6. A través del espejo
  7. Mi rincón literario
  8. Notas de Jr. Makoto
  9. A place for your dreams
  10. Athalía la lía

sábado, 25 de abril de 2015

Turno

Me alegro de que por fin se haya roto este orgullo que me agobiaba a diario, de que por turnos nos hablemos, de que por turnos nos busquemos.

Llegaba de la universidad, cuando se me ocurrió contactarte este fin de semana para saber que había sido de tu vida desde la última vez que hablamos, además ya me tocaba, era m turno. Ya me había tardado un mes.

Abrí la puerta de mi casa, dejé el bolso en mi cama y saqué el celular, algo típico y rutinario en mi diario vivir. El internet no funcionaba, traté y traté, pero no conseguí nada, y así hasta treinta minutos más tarde.

Cuando por fin pude conectarme, vi tu mensaje. Parecías alegre y emocionado. Me escribiste cinco minutos antes de poder estar en línea. Te devolví el saludo, un poco menos exaltada que tú, pero por dentro estaba igual o más intensa de lo que él aparentaba.

Me hablaste de tus vivencias, y de tus logros del mes. Me haces sentir orgullosa por alguna extraña razón, pero prefiero no comentarte ese detalle.

Pude notar que no te importa demostrar un poco más de interés. Incluso lo dejaste dicho en un comentario al día siguiente.

Hablas del pasado con cierta delicadeza. Tratas de integrarte a mi vida nuevamente con sutileza, poco a poco noto tus intenciones y a la vez me lanzas al poblado de la incógnita
. Cada interrogante que surge en mi cabeza es más difícil de responder.

Trato de ser realista, por bien propio, por que tú tienes al menos, los pies enterrados en el suelo, a mi no me conviene hacerme ilusiones.

Mantén la coraza y no serás destruida otra vez. Pero sé lo suficientemente abierta y despierta como para poder reconocer las verdaderas intenciones de los demás.

miércoles, 22 de abril de 2015

Falsa impresión

Conocí a aquel chico unos días después de el primer día de clases. Parecía agradable, y lo era. Aparentaba ser un tipo callado, tranquilo y de estilo de vida relajado. Estaba en mi grupo de estudio, teníamos una presentación junto a otros dos compañeros más, lo cual me hacía imaginar qué podría pasar en el trayecto del semestre.

Acordamos reunirnos en un mall, uno de los más frecuentes del país para poder preparar y organizar el evento que tendríamos para nuestra clase. Él y yo fuimos los primeros en llegar al punto de encuentro. Mientras veíamos a las personas pasar, fuimos contando nuestros planes para el breve descanso de Semana Santa. Escuchaba cada detalle que me decía. Uno que otro me sorprendía. Me han contado que ''no todo lo que brilla es oro'' y si lo fuera, no anduviera vagando por las calles.

Al contar sus preferencias, me percate que es de aquellos que se entretiene inhalando el humo que se produce en un aparato similar a una lámpara, y encima lo comparte con otros. Algo desagradable a mi persona, pero según él, una estupenda idea para escapar de la rutina.

También note que su mirada pasaba perversa y acosadora por encima de las piernas, muslos y glúteos de las chicas que se paseaban en shorts y mini faldas por la gran tienda. De vez en cuando me impresionaban sus gustos no muy extraños, y a toda la gente que venía a saludarlo con calidez.

No puedo juzgar por esa impresión que causó en mi pero, no me quedaron dudas de que no era un fiel prospecto.

Hace dos semanas lucía tan sereno, tan paciente, que parcialmente me había comprado.

Pude haber corrido una suerte lamentable si vendaba mis ojos ante la realidad. Debemos conocer a las personas antes de aceptarlas en nuestras vidas. Sí... en nuestras vidas.

Ya me había imaginado un mundo lleno de flores en la cabeza, flores que se convirtieron en alas de cucaracha al recaer en esa impresión, falsa como la apariencia de los pétalos que mi imaginación creativa se inventaba.

sábado, 18 de abril de 2015

Encuentro Tonto

Estas solo y me echas un vistazo.
Tu mirada es de aquel que parece perdido, de aquel que sabe se ha equivocado.
Cuando estas con ella nunca notas mi presencia, como si no estuviera yo en frente de ti, esperando esa mirada confusa que sueles hacer ante mi persona. Al contrario, te ríes, una sonrisa plácida, de pura victoria. Qué casualidad. No espero nada relevante, pero contigo e de esperarse todo.

Y esto es rutina, sucede casi a diario, aunque aún no me acostumbro. Cada que te veo el palpitar de mi corazón es rápido, intenso, no sabe como controlarse, sus nervios se disparan impacientes.
Otra vez, es tan monótono, vuelvo y te encuentro. Tu mirada perdida, se entera que estoy a punto de cruzar hacia donde estás, y no hay regreso, no seré el ''hazme reír''. Tú también cruzas, 3 minutos después de mi, intencionalmente quedas a mi espalda. No importa, llevo ventaja si evito darte el frente.
Mis rodillas tiemblan. Vuelvo a ver su mirada mientras caigo en la regadera de recuerdos que, uno tras otro van proyectándose en mi cabeza. Te veo y mi vientre se tensa dulcemente acariciando mis entrañas con memorias que duelen en lo más recóndito de mi ser.

Ahora eres tú quien me da la espalda. Pero, te vuelves y caminas a mi dirección. Te desvías, y me percato que intentas ocultarte de mi.
Llega el bus, me subo, luego lo haces tú. Te sientas en la parte de adelante, mientras yo escojo la que está detrás. Al cabo de un minuto ya estás en frente de mi, sentado, pero no te sientas a mi lado.
Evito mirarte y no caer en el confuso juego de la evocación.

Luces descuidado, más de lo normal. Recordé que siempre te motivaba a arreglarte, más tú no hacías mucho caso.

Ya no seguiré mirándote. Tú tampoco lo haces. Tu presencia ya no me hará temblar más. Debo admitir que mi cuerpo sigue siendo débil ante tu persona, tú que nunca sentiste más que aprecio por mi.
Espero el día en que mirarte sea tan normal como verte con ella.

miércoles, 15 de abril de 2015

La calle de los recuerdos


De camino a casa de mi padre o cuando voy a visitar a una amiga, cualquiera que fuere la excusa, me encuentro contigo. Tan plana, tan ancha, siempre motivándome a mirarte. Con ojos provocativos y sonrisa perversa me dices que no te he podido olvidar. Momento inolvidables y que, difícilmente vuelva a vivir, pude experimentar cruzando tu largo torso. Tu lo sabes, por eso me chantajeas. Trato de no mirar hacia donde estás, pero fallo sin chistar. Eres realmente tentadora. Los mejores recuerdos, y a la vez los más dolorosos están grabados en mi memoria, y todos fluyen con tan solo saber que estás cerca de mi. Cada vez que te tenía en frente contaba los pasos hacia mi destino. Mi corazón palpitaba fuertemente.

Me preocupaba en llegar rápido. El camino se hacía largo o corto, dependiendo de mis ganas de verlo. Sonrisas tiernas, atracos de pasión, besos intensos, miradas de amor, caricias que marcaban mi piel, todo esto en una misma dirección.

En aquella calle yo veía mis ansias surgir y rogar por el dulce roce de sus dedos. Sus ojos, tan claros como el día me miraban con recelo, cual gato que asecha su presa. Su ropa me hacia diferenciarlo de cualquier otra persona. Su piel, tan tersa como sábanas de seda, y tan clara y rozagante como flores en primavera. ¡Dios mío! Me había acostumbrado demasiado a él.

No fue el mejor, pero aún así me marcó por siempre. Su recuerdo es dulce y amargo. Veo su rostro cada que atravieso aquel lugar con nerviosismo. Es inevitable no pensar en él.

Cada que cruzo ese sendero, viene a mi mente algo en especial que aprendí: ''No dejaré que los momentos tristes quiten puesto a los que realmente son importantes, aquellos que nos hacen felices''.

sábado, 11 de abril de 2015

Fría primavera

Dime si tú también puedes ver la lluvia caer una tarde en primavera. Su cielo esta gris y confundido. No has hecho nada más que aparecer, dejar la huella y seguir tu camino.
Dime si también puedes ver la Luna en la fría noche que aguarda paciente su llegada. Está en la oscuridad manteniendo el silencio, de esos en los que su mente es quien hace los ruidos.
Dime si puedes ver el Sol renacer al día siguiente, de cielo despejado, cargado de nuevas experiencias.

domingo, 11 de enero de 2015

Mañana será otro día

Tal vez quieras que el día de hoy pase rápido. Lo que no sabes es que cada segundo que te descuentas es un desperdicio irremediable. Lo que hoy molesta o dejes de hacer, mañana seguirá siendo lo mismo, un estorbo en tu mente. Mañana no acabarás con tus pensamientos negativos, en una noche no se olvida el pasado. ¿Estás dispuesto a cargar con el peso de vivir arrepentido por las cosas que haces o no pudiste hacer? Creo que es algo inmaduro de tu parte. No podemos regresar el tiempo, y si pudiéramos, haremos exactamente lo mismo. ¿Por qué? ¿A caso no entiendes que no has madurado? Esa actitud impulsiva no te llevará a ningún lado. Que carácter tan infantil. Levántate y seca esas lágrimas. Así no conseguirás superar todo aquello que te molesta. ¡Sal de ese lugar tan espantoso! Te haces daño recordando lo inevitable. Solo tú puedes hacer que tus penas vayan tomando otro valor. Utilízalas para algo positivo. Míralas de ejemplo, así otro día, no cometerás los mismos errores. ¿A caso no quieres olvidar todo eso? Pues, buscando impulsivamente su ayuda no podrás lograrlo, al contrario, te hará sentir peor. Él tiene el poder de hacerte sentir como basura en este momento. Pero mañana tal vez no. El tiempo lo dirá. Haz de él tu aliado. Dale tu esfuerzo y él te dará perseverancia. No permitas que destruya tu vida. El tiempo se agota con facilidad en estos días. Si no te apoyas en él, te dejará atrás muy despacio. Cuando recapacites será tarde. Piénsalo. Mañana será otro día, y tal vez ya no estés en él.

Amargo recuerdo


Había soñado con algo simplemente maravilloso. No recuerdo exactamente qué sueño tuve, pero si con quién. Era aquel chico de pestañas largas y mirada infantil. Siempre lo admire y me provocaba ternura. Podría ser el novio perfecto, era totalmente encantador.

Esa mañana me desperté muy temprano, aunque no quería, aquel sueño era demasiado bello. Volví a cubrirme con las sábanas para dormir otra vez. No pude. Ya no volvería a soñar con él.

Me levanté, al fin, y decidí poner mi playlist favorito. Se me hizo tarde imaginando que cantaba todas esas canciones dedicadas a aquellos que me hicieron sufrir alguna vez. Bastante bochornoso. Pero soñar es barato, dicen por ahí.

Miré mi cuerpo, en él había cicatrices bien marcadas. Me daban horror y vergüenza, quisiera quitarlas. Me sentí despreciable en todos los sentidos. Y de pronto, como si fuera poco lo que ya pasaba por mi mente, me acordé de él, aquel que no quisiera mencionar ni volver a ver. Recordé imágenes, fotografías en las que se le veía muy feliz, pero no conmigo. Era despreciable y devastador. ¿Cómo no me di cuenta antes? Él no iba a tirar a la basura todos eso años vividos con ella, llenos de diversión y locuras por mi, una simple estudiante, sumergida en el mar de letras, cuyo único pasatiempo es leer, escribir y pensar en lo que pudo haber ocurrido. La verdad es que mi monotonía cansó su alma aventurera, mi aburrido estilo no encajaba con su forma liberal de ser.

Creo que ambos perdimos el tiempo, él fijándose en quien no iba a satisfacer sus necesidades, y yo, dejando entrar en mi vida a alguien que no sabe ni donde van las tildes.

Haz de tu corazón una roca impenetrable


Era difícil volver a recorrer esos caminos. Caminos que cursaba solo para estar con él. Aquella tarde se dirigía en busca de algo que realmente necesitaba. Unos documentos, nada relevante en esta historia. Lo aterrador de todo esto, era volver a visitar esos lugares. Esos donde se emocionaba con tan solo verlo.

Tenía miedo de lo que podría ver allí. Miraba a todos lados, se volteaba a ver a sus espaldas para ver si los encontraba, como si realmente quisiera ver lo que no quería ver. Se angustiaba, la ansiedad que le provocaba el sitio y el momento la convertían en una bomba de tiempo, cargada de llanto y desesperación. Se controla. Por momentos lo hacía. Recordó todo lo que vivió allí. Cosas felices y tristes, pero sin sabor a nada. Los momentos que pasó a su lado siempre fueron huecos, como una pared con poco soporte en su interior.

Sentía que lo odiaba y a la vez quería verlo. A ratos sentía que el sonido de su voz ya había desaparecido de su mente. ¿Lo estará olvidando? No creo que sea eso. Si ya lo olvidó, entonces para que continua alimentando recuerdos y sentimientos falsos. Ella no lo quería a su lado otra vez. Sin embargo, tenerlo tan lejos la agobiaba. El no saber que cosas él estaba haciendo sin ella la preocupaba. Seguro ya está muy feliz, eso es lo que quería desde un principio.

Aún no sabe de qué le sirvió tanto engaño de su parte. ¿A caso eso hace feliz a las personas de este siglo? La tristeza de unos alimentan el ego de otros. Cobró venganza de su pasado con ella. Jamás pensó que le haría esto. ¿Por qué a ella? Aconsejar a quienes él lastimó fue su castigo. Eso se preguntaba ella cada vez que analizaba a profundidad su desgracia. Él se vengó. Eso pudo ser. Ya nada le duele ni le importa. Vive en el mundo para saciar su sed de venganza. Qué frase tan repetitiva... Que actuación tan infantil.

Hace un tiempo atrás ella hacía lo mismo para con él. Se encerraba en una burbuja para evitar que todo este mal la arropara. Lo evitaba con el fin de que no se fijara en ella. Lo maltrató por el daño que le ocasionó a quienes una vez ella solía contar sus intimidades. No lo hizo para hacerle daño a propósito. Solo lo quería lejos. No pensó que eso le pudiera doler. Él no era de esos que poseían sentimientos. Que va... insistió tanto que ella pudo caer, después que había jurado no verlo de otra manera más. Él lo logró. Había conseguido lo que su ego con tanto esfuerzo se prometió obtener. Ella sabía que estaba a punto de ser herida también. Confió en él, eso no pasaría. No fue así. Pasó lo que tenía que pasar. Romper su corazón por alucinada era su objetivo, burlarse de ella su misión principal. Castigar a cualquiera que le pase por el frente era un pasatiempo.

No conocía nada sobre el amor, ni la amistad. Comprensión no era algo que formara parte de su banco de palabras. Él había cerrado su corazón a todos. Nada para él tiene importancia. No conoce de detalles, eso lo perdió hace mucho tiempo. Tal vez no lo aprendió. Tal vez solo trató de conocerlo, y al primer fallo lo dejó perder todo. Nada de esto tiene sentido, ninguna lógica aplica en esto. Las cuestiones del corazón no son teóricas. El amor no es vengativo, y no guarda rencor. Si alguien que amaste te hizo daño, nunca te quiso. Y si aún recuerdas a ese ser con dolor y desprecio no es amor. Si guardarás amor para con él, no buscarías hacer el mismo mal que esa persona te hizo por venganza. Enamorarse no es un juego.

Soledad, un pasatiempo



Tres cortes habían sido marcados en su piel. Ardían como cuando el Sol quema a mediodía. Aquellos rasguños representaban cada uno de los errores que ha cometido, y su madre se encargaba de recordárselos.

La pobrecilla era afortunada de no sufrir un trastorno más grave. Durante estos dos último años ha cargado con el peso de sus malas faltas y el arrepentimiento sin perdón alguno. Ella sabía que no sería perdonada, pero tampoco merecía ser sacrificada cada vez más por sus errores.

Tenía la madre más incomprensible de la tierra. Su hermano no era excepción. Le recordaban en cada oportunidad sus pecados y gozaban verla llorar. Cada quien es humano y comete faltas. Algunos cometen aquellas que no pueden ser limpiadas por nadie.

Su alma gritaba de dolor. Sentía que este mundo no era para ella, que no podía vivir en él.

Aquella mujer era irremediablemente una descarada, insoportable, no era una madre para ella. Cuando lloraba solo fingía, eso siempre ella lo supo. Se burlaba del dolor de su hija, haciéndola sentir como la basura más inútil que haya existido jamás. Le hacía creer a los demás que su 'pequeña' era lo más importante en su vida y que esperaba que su esfuerzo por criarla haya valido la pena y el tiempo. No era así. Se encargaba de mencionarle que había desperdiciado su valioso tiempo en ella, aquella imperfecta niña que solo estaba empezando a vivir.

La escuchó llorar. ¿Quién estará creyendo aquellas mentiras elaboradas con irracionalidad? Que importaba eso. Nadie creía en esa chica. Estaba sola en el mundo, nadie la apoyaba.

La había criado en una burbuja lejos del mundo. Nunca le aconsejó lo codicioso y aprovechado que es el exterior. Cuando por fin pudo salir de esa esfera se percató de un mundo totalmente diferente. Y fue en ese entonces donde ocurrió. Aquellas desgracias comenzaron a relucir.

A veces salía para despejar su mente. Pero, ni de su vida es dueña. Vivía controlada por ella. No tenía derechos a visitar a nadie. Y si permanecía en casa, encerrada en su habitación, era lo mismo, reproches por doquier.

Vivía con las ganas de desaparecer lejos, pero eso no podía suceder. Pensaba en su padre, alguien poco amoroso pero a la vez a quien le debe la vida y lo que es. Su propósito es devolver eso a su padre algún día, hacerlo sentir orgulloso del esfuerzo puesto en su hija. Solo eso la hacía recapacitar y daba fuerzas en sus momentos de dolor y vacío.

Aún así estaba sola. No contaba con alguien que le diera un abrazo sincero, que le dijera que todo estaría bien. Nadie la mimaba, nadie la quería. Se sentía sola y humillada, desperdiciando la etapa más bonita que el ser humano puede vivir, su juventud.

Agridulce realidad

Quizás, esta sea la historia más triste que ella pudo haber vivido. Pensó que jamás volvería a sentir aquel devastador dolor que le congelaba los huesos, cada vez más intenso. El va y ven de sus sentimientos era más y más fuerte, como las olas del mar, a veces calmadas, a veces molestas. Estaba tan triste, cual día lluvioso de cielo gris finalizando el otoño. Se había enamorado lentamente del hombre equivocado.

Comenzó a apreciar aquellas mentiras perfectamente elaboradas, tanto así, que su brillante cerebro fue disminuyendo su luz, y sus ojos dejándose cegar por la venda que él le había colocado. Había mentido tan bien, fingió por tanto tiempo hasta que ella pudo creer. Se preguntaba por qué existían personas que viven con la sed de hacer sufrir a los demás. Se preguntaba qué mal había hecho, todo esto parecía obra del diablo y todo el universo, conspirando contra ella.

Obviamente, ella no quería este sufrimiento para si. Nadie desearía pasar por esto.

Desde el comienzo de su historia lo dijo, y él juro que no pasaría. La engañó, él no cambió nunca, ni siquiera la nobleza del corazón que ella tenía, su inteligencia, su delicadeza y amor hacia él pudieron cambiarlo.

En muchas ocasiones salía para despejar su mente de tanto pensar en aquel suceso. Al instante, por fin fuera de casa, de esa cueva oscura que la encerraba y la motivaba a seguir sufriendo, empezaba a añorar aquel lugar rodeado de paredes cubiertas de soledad, frías a pesar de la calidez del sitio, los rayos del Sol eran insuficientes para iluminar su alma. Veía las personas caminar, algunas solas, otras sonrientes, algunas tan vacías del alma como ella, y todos, absolutamente todos, desconocían el dolor que sentía. Tal vez, la incomprensión de ellos la deshacía, en pedazos se desarmaba su frágil cuerpo. Quienes podían escucharla solo aconsejaban que olvidara todo aquello, que se valorara, que lo superara... como si fuera tan fácil hacerlo...

Qué estúpida... solo eso pasaba por su mente. Se dejó envolver de aquellas mentiras como si fuera una ignorante de la vida. Lo era. Era una tonta sin remedio. La verdad y la realidad siempre estuvieron allí, enfrente de ella y no pudo verlas.

Cada día de su vida se tornaba más amargo. Esperaba el día en que pudiera olvidar todo aquello. Qué difícil. Era inútil el esfuerzo, pero ni modo, había que borrar ese pasado inmediato que la torturaba noche y día.

No dormía, no comía, no tenía ganas de nada. Quería llorar y no hacerlo a la vez. Deseaba que todo aquello fuera una broma. No lo era. Era tan real como el vacío de su alma. Su corazón palpitaba fuerte, la ansiedad acababa con su tranquilidad.

Le daba miedo frecuentar aquellos lugares que visitaban y recorrían juntos. La universidad era uno de la lista de espacios, en especial aquel que rodeaba el auditórium principal. Un territorio verde, cálido y lleno de flores y frutos tropicales. Un lugar bastante tranquilo, en donde solo se escuchaba el cantar de las aves. Ella recordaba con frecuencia las distintas especies de pajaritos que podía apreciar allí, y las experiencias que pudo vivir con él.

Recordó también aquellas clases en el verano en las que las ansias de escapar para verlo eran inmensas. Él también se fugaba de su aula. No podía hacerla esperar, ni quería hacerlo.

Todo aquello estaba perdido y parecía como si nunca hubiera ocurrido jamás.
Al él no le importaba el dolor que ella sentía. Solo pensaba en él, no en los demás. Era el ser más incomprensible del universo. Afirmaba que nadie lo vería sufrir por otra persona como antes lo hacía. Para él las mujeres solo herían corazones. Para él ninguna merecía que fuera sensible para con ellas, pues a las que más amó lo traicionaron con alguien más. Pero esta chica no tenía la culpa de eso. Era ingenua y servicial. Para él era perfecta, pero no podía jugar más con su persona.
Él sabía que su corazón le pertenecía por completo.

Esta chica si lo quería en serio, no tenía pensado correr a los brazos de nadie que no fuera él, y la lastimó. Sabía perfectamente que ella no era como las demás. A esas que tanto dolor le causaron y aún sigue amando. Su corazón es un condominio ocupado por muchas, pero ninguna se queda a vivir allí. Le abrió las puertas a esa pobre chica, llenándola de ilusiones, haciéndole creer que ella sería dueña de sus habitaciones, de su alma. No fue así. Le hizo creer que él no era como aquel que le había mentido anteriormente, que no sabía tratar a una chica como se lo merecía, ¿A caso él sí? Lo dudo. Era aún más superficial que el anterior.

Ella le contó que no era de esa clase de mujeres, que era complicada, que no era su tipo de chica. Él insistió. Pensó que podría permanecer con una persona como ella, cambiar en sus brazos. Ella sabía que no, pero confió, creyó que con amor todo se logra y se equivocó.

Ahora solo queda que desvíe su camino. Que comprenda que cometió un error. Siempre lo hace. Ahora solo queda esperar que él toque a su puerta nuevamente ofertando su corazón como lo hizo antes. Que le prometa ser la única esta vez. Es lo mismo de siempre.

Espero que cuando eso ocurra ya sea demasiado tarde.